sábado, 6 de octubre de 2007

EPILOGO “ LA COMUNIDAD,(2003) Sygmund Bauman, Edit Siglo XXI.”

Echamos en falta la comunidad porque echamos en falta la seguridad, sin embargo la forma en que este modelo social nos incita a cumplir nuestros sueños de una vida segura, NO nos acerca a su cumplimiento sino todo lo contrario.

La inseguridad nos afecta a todos, inmersos como estamos en un mundo fluido, donde nada parece tener solidez ni permanencia, nada ni nadie es duradero, y todo es caduco antes incluso de hacerse presente. Las relaciones personales y laborables están atravesadas por la desregulación, la flexibilidad, la competencia y la incertidumbre endémica; sin embargo cada uno de nosotros sufre la ansiedad que todo ésto provoca como un problema privado, como un resultado de fracasos personales y como un desafio a su savoir-faire y a la agilidad y destreza particular.

Se nos pide que busquemos soluciones biográficas a contradicciones del sistema , se nos invita a que busquemos la salvación individual a problemas que son colectivos. Se nos propone el individualismo y la prescindibilidad de los otros.

Por otra parte la atracción de la comunidad, de los sueños comunitarios, se basa en la promesa de la simplificación: llevada a su límite lógico, la simplificación significa mucha mismidad y un mínimo estricto de variedad.

La simplificación que se ofrece sólo puede lograrse mediante la separación de las diferencias, reduciendo la posibilidad de que los no iguales se encuentren y estrechando su grado de comunicación . Este tipo de comunidad se basa en la división, la separación y el mantenimiento de la distancia. Es el guetto endogámico que nos protege de la contaminación de los diferentes, que nos da la identidad y la seguridad de lo que somos a cambio del tributo de la incondicionalidad y la no discrepancia.

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